La nuestra es una historia muy humana: la de una compañía formada en el camino y construida a partir de encuentros fortuitos, tragedias personales y destino. ¿Quiénes somos? ¿Músicos, payasos, marionetistas, locos, poetas? ¿Por qué es tan difícil creer cualquier cosa que digamos? Y, sobre todo, ¿por qué seguimos haciendo lo que hacemos?

Llevamos dos siglos viajando. Cuentacuentos de otro tiempo, atados unos a otros. Somos aquellos que fueron salvados, extraviados antes de haber sido encontrados; aquellos que han permanecido entre las sombras.  

Somos los niños perdidos: ni de este mundo ni del de ayer. Deambulamos de escenario en escenario. Recorremos las ciudades para contar nuestras historias, para hacer preguntas y ofrecer respuestas. No es que hayamos elegido este incesante viaje: es que nadie quiere oír nuestra verdad. Y no son pocos los desafíos que hemos sorteado en el camino.

Así que ríamos en este momento de valentía, porque mañana nos habremos ido y sus vidas seguirán su natural curso. Como después de un sueño: ni bueno ni malo, solo un poco inquietante.